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Derecho a la desconexión

Era impensable que algunas circunstancias sociales, iban a plantear la duda acerca del derecho a la desconexión digital, esto ha surgido por la tarea de teletrabajar, modificando o generando una nueva faceta del modo de trabajar, lo cual hace brotar ciertas inquietudes al respecto de las obligaciones que este escenario impone.

Muchos empleados y empresas, se encuentran a la expectativa de encontrar respuesta sobre su situación, pero todo esto se puede explicar bajo la sabiduría de las imposiciones legales, para conocer los límites de la consulta online que se puede interponer sobre los abogados con relación al tema de teletrabajar.

El cuestionamiento de trabajar desde casa

El establecimiento de la pandemia, elevó el índice de trabajos a distancia, como también la compra online por las facilidades que esto implica, donde se presenta una profunda necesidad de dominar el control remoto de los negocios, sobre todo para velar por la tranquilidad y las inquietudes de ciertos empleados que no estaban familiarizados.

El trabajo y la conexión desde móviles y también computadoras, ahora es un requisito para cumplir con los deberes de la jornada laboral, ya que el trabajo se cumple bajo una modalidad virtual, logrando que se pueda cumplir con los clientes, y obteniendo la remuneración necesaria para no atravesar un paro.

Sin embargo no todo ha sido positivo, debido a que se han presentado una serie de demandas, debido a que se impone el derecho de trabajador, y también sobre sus supervisores a gozar de la desconexión digital, esto se debe al brote de estrés y ansiedad que se produce tras la demanda de estar permanentemente conectado.

La urgencia de producción de las empresas, causan que se genere esa presión de disponibilidad sobre los trabajadores, sometiéndolos al síndrome Burnout, que se conoce como “trabajador quemado”, siendo una consecuencia que se produce con frecuencia cuando no se establecen regulaciones al operar desde el principio.

¿Qué representa la desconexión digital?

La aparición de la desconexión digital, se presenta como parte de la regulación que se establece sobre las condiciones de las funciones laborales de forma remota, estudiando todo lo que respecta al horario de trabajo, el lapso de descanso y el ejercicio del ocio que presenta el empleado.

En vista de ese cuestionamiento al momento de trabajar, se presenta la implementación de la desconexión, siendo un naciente derecho laboral que cada vez toma más fuerza, sobre todo con la incesante forma de trabajar remota que ha generado la situación del Covid-19, lo que demanda mejores condiciones para trabajar a distancia.

Por esta razón, la desconexión se instaura como la enmarcación de un concepto que permite el derecho a no responder llamadas, mensajes, email, o redes sociales, tras haber cumplido con el horario de trabajo, es decir se produce claramente la liberación del entorno digital una vez que haya cesado la labor digital.

La tipificación del derecho a la desconexión

A partir del año 2018, el derecho a la desconexión se encuentra establecido sobre el artículo 88, a través de la Ley Orgánica de Protección de Datos Personales (LOPD) para imponer un precedente en España, como una intención de garantizar el tiempo de descanso que le corresponde al empleado legalmente para el desarrollo de su vida.

El derecho de tiempo libre, de esparcimiento, también se encuentra garantizado a través de dicha imposición legal, por ello es esencial que sea conocida por parte de los ciudadanos, siendo parte de un trato justo laboral, el cual también se extiende sobre el plano digital en este caso.

La consideración legal del trabajo remoto

Hoy en día el derecho a la desconexión gana mayor protagonismo, e incluso se desconoce que existe este tipo de regulación sobre el teletrabajo, lo que permite que al no ser aplicado sobre los trabajos, no se presente alguna resistencia, cuando en realidad forma parte de sus derechos irrenunciables.

Aunque desde el 2018 existen esfuerzos latentes por hacer preservar esta protección legal, tal como fue evidenciado por parte de la Confederación Sindical de Comisiones Obreras (CCOO), donde más de un 11% incluyó la difusión de este derecho como parte de la esfera laboral, y así mismo resaltando su relevancia para los empleados.

Por si fuera poco, se han firmado distintos convenidos, a través de la vigencia del artículo 88, el cual se une a los 367 convenios laborales, donde se enaltece la disposición de la desconexión laboral, estableciendo como obligación incorporar este derecho sobre las políticas internas de las empresas.

Esto le abre paso a un amplio análisis de la desconexión digital, ya que pasa a ser interpretado como un derecho que debe proteger y reclamar cada empleado, gremio y empresa, lo cual se debe hacer valer en los tiempos actuales, donde el trabajo remoto es una prioridad ante el establecimiento de la pandemia en el mundo.

Las obligaciones e imposiciones de la desconexión

Para no renunciar a los derechos laborales, es vital contar con asesoría legal para que cada acción sea respetada en la proporción y el tiempo que corresponde, esta aclaratoria otorga una mejor posición para entender el escenario o panorama de las políticas que implementa la empresa al momento de velar por sus empleados.

La pauta legal que reitera el cumplimiento de la desconexión, se hace notar sobre el Real Decreto Ley 8/2020 proclamado el 17 de marzo, como una respuesta gubernamental ante los abusos que se encontraban ejerciendo las empresas, causando que exista una mayor preocupación sobre las condiciones laborales de la actualidad.

La empresa indiscutiblemente, puede tomar el consejo o la postura de seguir de cerca cada horario de trabajo, donde se deberá incluir y respetar el tiempo de descanso, y protegerse al aclarar los tiempos de excepciones como lo es algún evento extraordinario, sobre el cual deban acudir al llamado laboral.

Actualmente el derecho a la desconexión lo poseen cada uno de los empleados, ante cualquier duda que no sea aclarada pro parte de la empresa, solo resta contar con asesoría personalizada para no ser víctima del agotamiento del trabajo remoto lo cual sucede con frecuencia.

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